Apuntes Sobre la Danza

La danza puertorriqueña ocupa un lugar prominente en la historia musical de la Isla, inspirando un especial amor patriótico y un profundo sentido de romanticismo cimentado en la cultura misma. A través de la danza los puertorriqueños han vivido alegrías, tristezas, patriotismo, amor y angustias — sentimientos que los hacen seres humanos nobles, vibrantes y alegres.

Los orígenes de la danza se pueden trazar a la contradanza española, que consistía de dos partes, y que gozaba de popularidad a principios del siglo XIX. El acompañamiento de la contradanza era estricto y la forma algo rígida. Pero a mediados de siglo un grupo de jóvenes diplomáticos cubanos introducen una forma distinta de contradanza, una con un acompañamiento de flexibilidad rítmica — el ritmo de habanera. Los compositores puertorriqueños utilizaron este ritmo que ligaba a la contradanza con la ya en desarrollo y más flexible danza puertorriqueña.

En el desarrollo de la danza puertorriqueña la influencia del ritmo de habanera evoluciona hasta llegar a lo que los musicólogos llamaron el tresillo elástico — un tresillo que incorpora un rubato muy sutil luego de la segunda nota del patrón rítmico. Las dos partes originales de la contradanza básica se separan, dándole de esta forma espacio para expansión. Ya para el año 1865 Manuel G. Tavárez y otros compositores habían escrito piezas dentro de esta nueva fórmula, pero la forma alcanza su madurez con las obras de Juan Morel Campos (1857-1896).

La estructura final de la danza consistiría de cuatro partes principales y una coda. Cada sección se repite. La primera sección, con una estructura rítmica menos definida, se convierte en el paseo, en donde las parejas, cogidas de brazo, le dan la vuelta al salón en preparación para el baile. Armónicamente, el paseo y las dos primeras secciones se escriben en una tonalidad menor, modulando a una mayor en la tercera sección.

En sus comienzos la danza era música de baile, interpretada por grupos instrumentales o por el piano como instrumento solista. Según la forma va desarrollándose, se adaptan textos a melodias existentes, y se componen nuevas melodías para conocidos poemas. La presente grabación muestra la danza para voz solista con acompañamiento de piano, una de las combinaciones favoritas para la interpretación de esta forma musical.

Hoy, cuando nos acercamos al siglo XXI, la danza sigue gozando de popularidad y sigue siendo fuente de inspiración para compositores y poetas. En algunas de las danzas compuestas en la actualidad la estructura básica ha sido algo modificada, no obstante los patrones rítmicos que identifican el aire de danza permanecen vigentes.

Esta grabación incluye danzas compuestas entre 1865 y el presente. La cronología de compositores se extiende desde Manuel G. Tavárez (1843-1883) hasta nuestros días con Narciso Figueroa, Graciela Rivera, Edmundo Disdier, Manuel B. González y Antonio Cabán Vale (El Topo). Conocidos compositores de danzas como lo son Rafael Alers (1903-1978), Jesús M. Escobar (1900-1987), José Ignacion Quintón (1881-1925), Luis R. Miranda (1875-1949), Simón Madera (1872-1956), y Angel Mislán (1862-1911) están representados al igual. La mayor selección de danzas se le dedica a la obra de Juan Morel Campos como tributo en el centenario de su muerte.

Las selecciones grabadas se han agrupado de acuerdo a los tópicas que han servido de inspiración a los compositores: Hermosos Recuerdos que le dá el nombre al disco sirve como una introducción a lo que la danza significa. Las distintas categorias – A la Patria, A las Damas, Al Coquí, A los Anhelos de Amor – incluyen selecciones de las más bellas y conocidas danzas en el repertorio.

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